Como cubetazo de agua helada cayó entre la alianza opositora que Omar Hamid García Harfuch levantara la mano para la Jefatura de Gobierno de la CDMX, pues al interior del PAN, del PRI y del PRD empezaron a patinar.
Aunque todavía se ve lejano que el secretario de Seguridad Ciudadana pueda ser ungido como el candidato de Morena, nada más con asomarse al ruedo puso a girar a los aliancistas, que daban por hecho que estaba vetado en Palacio Nacional.
Ya se vio que no, y que si la 4T lo puso a calentar es porque necesitan un revulsivo ante las simpatías generadas por la candidatura opositora de Xóchitl Gálvez a la Presidencia de la República.
El oficialismo celebraba que la senadora hubiera abandonado la candidatura por la Ciudad de México, pues sabían que la podía ganar. Parece que no están considerando que Gálvez puede bañar la capital; quienes voten por ella para Presidenta lo harán por los candidatos del Frente.
Ante ese panorama, necesitaban una figura como García Harfuch, que pueda atraer el voto de los jóvenes y de la clase media. Necesitan que los electores voten por un personaje, dejando en segundo término la antipatía que pudieran sentir por un partido como Morena.
Si la idea de que el jefe policiaco asomara la cabeza era solamente lanzar una especie de globo sonda para ver cómo reaccionaba la oposición, en la 4T ya conocen la respuesta: los aliancistas enloquecieron.
En el PRI, el propio Alejandro Alito Moreno ordenó a la diputada Cynthia López Castro empezar a correr, junto con el alcalde de Cuajimalpa, Adrián Rubalcava, para tener a la mano dos aspirantes listos en cuanto se definiera el género para la capital.
En el PAN, además del alcalde Santiago Taboada, que sigue siendo el favorito, la que cada vez se ve más activa es la alcaldesa en Álvaro Obregón, Lía Limón, quien incluso ayer exigió a García Harfuch renunciar a la Policía si quiere ser candidato.
Y por el PRD, que no termina de arreglar sus pleitos internos, corren el diputado local Víctor Hugo Lobo y la alcaldesa por Tlalpan, Alfa González, por lo que haga falta. Por cierto, ayer se reconciliaron los dirigentes Nora Arias y Jesús Zambrano, quienes se vomitaban.
La definición de las candidaturas presidenciales, más la presión de que Morena pudiera tener un candidato muy competitivo, hizo que el Frente Amplio por la CDMX se activara, pues estaban en la hamaca.
Su tardanza en definir la candidatura en la capital ya se les indigestó, pues, cada día que pasa, la negociación se ha encarecido.
Todos saben que la candidatura a jefe de Gobierno vale varias alcaldías, diputaciones locales, federales y senadurías, y que el partido que la quiera tendrá que estar dispuesto a pagar un alto costo por ella.
Y entre más se tarden, el precio seguirá aumentando, pues la corcholata que gane hoy la nominación de Morena tendrá todo para operar y debilitar la alianza capitalina.
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