Rebeca Marín
Al grito de “se ve, se siente, las costureras están presentes”, se llevó a cabo la donación del predio ubicado en Manuel J. Othon 160, colonia Obrera, alcaldía Cuauhtémoc donde está asentado el Sindicato de Costureras 19 de septiembre A.C., y se entregaron las escritoras del mismo.
El evento estuvo encabezado por el Jefe de Gobierno, Martí Batres Guadarrama quien recordó que en ese punto se dio el colapso de fábricas textiles después del terremoto del 19 de septiembre de 1985, es decir, hace 38 años.
“Y aunque en 2005 el Comité de Patrimonio Inmobiliario dictaminó procedente la donación del predio a favor de la organización de Costureros 19 de septiembre, desde hace 18 años no continuaba y no se cerraba este trámite sino hasta ahora”, comentó Néstor Vargas Solano, Consejero Jurídico y de Servicios Legales de la Ciudad de México.
Por su parte, el Jefe de Gobierno, Martí Batres Guadarrama comentó que dicho predio está lleno de simbolismos, dolor, historia, lucha, victoria pero también de alegrías.
“Después del sismo del 85 se conoció la condición en la que vivían las costureras, con condiciones laborales prácticamente semiesclavistas, con jornadas interminables, sin derechos, con trabajo en la clandestinidad para que no tuvieran registro laboral alguno y no pudieran reclamar derechos, con salarios bajísimos para garantizar enormes ganancias para los dueños de los talleres en lugares que no estaban permitidos para la colación de tanta maquinaria y ahí trabajan las costureras y el temblor del 85 develó esa tragedia laboral, humana y social”.
El mandatario comentó que el derrumbe y el temblor también trajo la tragedia de cientos de costureras en los alrededores de San Antonio Abad donde piso tras piso había maquinarias que no estaban previstas en los soportes estructurales originales de las edificaciones y recordó que los dueños priorizaron rescatar las máquinas y la materia prima que rescatar a las costureras que quedaron atrapadas.
“Era un lugar donde había mucha gente, que venía a conocer, a solidarizarse a algo porque aquí había vida política”.
Batres Guadarrama indicó que pasaron los años y los costureros pidieron que se entregara ese lugar para quienes habían dado esa lucha.
Por lo anterior, el Gobierno capitalino trabajó con las costureras y costureros para concretar la donación del predio donde está la escuela de capacitación y se logró que la asociación ni sus integrantes realizaran ningún pago.
El Gobierno absorbió los pagos del notario que realizó la escrituración, la protocolización de la autorización de la asamblea general de la asociación civil para aceptar la donación, la emisión de una resolución de carácter fiscal par la exención del pago de impuestos, el recurso para el pago de derechos para la inscripción de la escritura en el Registro Público de la Propiedad y la aportación del recurso para el pago de derechos por concepto de avalúo del inmueble.
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