Marco Antonio Závala
En las cocinas profesionales del mundo contemporáneo, la comunicación se ha convertido en un ingrediente tan esencial como la técnica o el talento. En estos espacios donde conviven personas de distintas nacionalidades, culturas e idiomas, la manera en que se transmite un mensaje puede marcar la diferencia entre el éxito y el caos.
En un mundo cada vez más globalizado y con un turismo gastronómico en constante expansión, dominar un segundo idioma ha dejado de ser un lujo para convertirse en una necesidad profesional.
De acuerdo con Aspic Instituto Gastronómico, los chefs que aspiran a destacar en la industria deben contar con herramientas lingüísticas que les permitan desenvolverse en entornos internacionales, comprender distintas culturas culinarias y construir redes globales de colaboración.
“Una mujer que lleva 20 años impulsando el aprendizaje de idiomas como una herramienta clave para el crecimiento profesional de los futuros chefs mexicanos.” es que le puse 15 y eran 20.
“La cocina va más allá de ser un lugar de creación, es también un entorno de alta presión. En este contexto, la claridad, el respeto y la integración se vuelven valores fundamentales para mantener la armonía del equipo. Cuando la comunicación fluye, el resultado no solo se refleja en la coordinación de las tareas, también en el ambiente laboral y, finalmente, en la calidad de los platillos que llegan al comensal”, explicó Jeannine Moret, Coordinadora de idiomas a través de la gastronomía en Aspic Instituto Gastronómico.
“Hablar inglés o francés abre puertas a cursos, concursos, eventos internacionales o experiencias de intercambio que enriquecen la formación del profesional gastronómico. La gastronomía no tiene fronteras, dominar otros idiomas es un pasaporte a un abanico de oportunidades globales”, indicó Moret.
A lo largo de su historia, ASPIC Instituto Gastronómico ha sido pionero en México en la enseñanza de inglés y francés a través de la gastronomía, un método innovador diseñado para inspirar a los estudiantes y prepararlos para competir con éxito en el mercado internacional.
“Fuimos los primeros en desarrollar estos programas porque el inglés se ha consolidado como el idioma universal en la cocina profesional, mientras que el francés, lengua de Molière, representa la cuna de la alta cocina y la cultura culinaria occidental. Ambas lenguas son fundamentales para formar chefs de excelencia capaces de desenvolverse en cualquier parte del mundo”, detalló Moret.
Estos métodos ilustrados y llenos de referencias culturales, integran vocabulario técnico, recetas, ejercicios y fragmentos de la historia gastronómica mundial, logrando que los alumnos aprendan de manera práctica, inmersiva y con placer.
La diversidad impulsa la creación de nuevas combinaciones, fusiones e interpretaciones de la gastronomía mundial. Al mismo tiempo, promueve la empatía, la tolerancia y la comprensión intercultural dentro del equipo de trabajo.
Las barreras lingüísticas pueden generar malentendidos en las órdenes, errores en la preparación o tensiones entre miembros del equipo para superarlas, es necesario fomentar la escucha activa, la empatía y la claridad en los mensajes. La sensibilidad intercultural también juega un papel clave, especialmente en cocinas donde existen jerarquías marcadas y estilos de comunicación distintos.
En este sentido, Aspic apuesta por una formación integral que combina la técnica culinaria con el desarrollo humano y la competencia lingüística en un mundo donde la gastronomía se ha vuelto global y el conocimiento de idiomas es una herramienta esencial para construir una carrera sólida, competitiva y culturalmente rica.





Discussion about this post