Martín Aguilar
«No pasará, no pasará», empezaron a gritar cerca de 20 legisladores de oposición en la tribuna del Congreso de la Ciudad de México. Gritaban tan fuerte que no se podía escuchar la voz de Temístocles Villanueva, diputado de Morena, quien intentaba presentar el dictamen que elimina cinco áreas clave del Instituto de la Ciudad de México (IECM).
Momentos antes, Tania Larios, del PRI, le había explicado al presidente de la mesa directiva, Héctor Díaz Polanco, que el dictamen se aprobó con una serie de vicios en la Comisión de Asuntos Político Electorales, pues no se entregó el dictamen con 48 horas de anticipación a los integrantes de la comisión como marca el reglamento interno, sino apenas una hora con 27 minutos antes de la votación en la comisión.
Hace tres horas la vicepresidenta de la Comisión de Asuntos Político-Electorales, Maxta González, del PRI, y Ricardo Rubio, del PAN, secretario de la Comisión, le entregaron al presidente de la Mesa Directiva un oficio solicitando que se retirara el dictamen de la orden del día, por haber varios vicios en el proceso parlamentario.
Después de una discusión de hora y media, Díaz Polanco, se negó a retirar el dictamen de la orden del día, y los legisladores del PAN, PRI y PRD tomaron la tribuna.
Hace unos instantes inició el proceso para someter a votación el dictamen, y el diputado panista, Diego Garrido argumentó: «le urge a Morena inmiscuir sus tentáculos en la estructura de la institución que organiza las elecciones, pedimos que vinieran aquí los titulares de las cinco áreas que Morena pretende desaparecer del IECM y se negaron, pedimos que se escuchara a la academia y se negaron».
Por su parte, la vicecoordinadora de la bancada de Morena, Guadalupe Morales, argumentó que se cumplió con todo el «procedimiento legislativo en el proceso para aprobar el dictamen».
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