El Amlito ya no me pertenece: José Hernández

Martín Aguilar

Durante los eventos del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) es común encontrar desde aretes, playeras, tazas, llaveros, peluches parlantes y hasta chanclas con la imagen de Amlito, una creación del monero José Hernández, quien afirmó que ésta ya no le pertenece, sino a la ciudadanía.

El dibujante recordó que esta figura nació por casualidad en 2006 durante una reunión de simpatizantes del obradorismo organizada por la publicidad Bertha Maldonado, La Chaneca, para pensar en un modo de contrarrestar la campaña del PAN en contra de López Obrador.

A mí se me ocurrió una frase que ya ni recuerdo y la ilustre con un dibujito muy sencillo que hice en ese momento al estilo de Quino, de Mafalda. La Chaneca lo vio y le gustó mucho, y dijo: ‘¡así tal cual es estn bien!’. A ella se le ocurrió la frase de ‘sonría, vamos a ganar’”, recordó.

A partir de ese momento, el Amlito se volvió popular entre los seguidores de López Obrador, quienes aun con las derrotas de ese año y de 2012 hicieron de la figura un fenómeno hasta para coleccionistas.

«Acabo de adquirir este muñeco de AMLO. Habla y dice dichos de La Mañanera. Yo vengo de Estados Unidos especialmente por este peluche», contó Benjamín, quien adquirió un llavero más para agregar a los que ya tiene.

A un costado de la Catedral está Rosario Sánchez Fernández de Córdova, quien tiene un puesto de periódicos y artículos de López Obrador. La mujer afirmó que los Amlitos parlantes son el producto de novedad y el que más se vende.

“La novedad ahora es el que habla, yo lo vendo en 450 pesos”, dijo.

En los mítines de López Obrador en el Zócalo, las ventas de artículos con la imagen de Amlito incrementan. Fernández de Córdova aseguró que ha vendido hasta 10 mil pesos en un acto del mandatario.

Por los artículos vendidos con la imagen de Amlito, José Hernández no recibe regalías, pues no está registrado ni tiene interés, pues los simpatizantes del presidente lo hicieron un símbolo y porque hay quienes viven de él.

“El muñequito ya no me pertenece a pesar de que, claro, pues es de mi autoría, pero ya es parte del imaginario colectivo, ya le pertenece, sobre todo, a la gente que está en el movimiento.

“Si eso ha ayudado a que la gente pueda trabajar y pueda vivir de ello, pues me parece muy bien”, dijo el dibujante.