Al asegurar que la delincuencia organizada está gobernando al país, el director del Observatorio Nacional Ciudadano ONC, Francisco Rivas, informó que en los últimos tres años los delitos como homicidio y extorsiones aumentaron con considerable; aumentó la victimización de las mujeres en un 11 por ciento con relación al 2020, pero el 2021 ha sido el año más violento contra las mujeres.
El 2021 concluyó como el peor año de la historia en víctimas de feminicidio, de extorsión, carpetas de investigación de trata de personas, de lesiones dolorosas, de violaciones y de violencia familiar; cuarto peor año en homicidio doloso y en homicidio culposo; sexto peor en robo a negocio
En una conferencia de prensa virtual, el especialista denunció que el año pasado la seguridad pública en el país empeoró, toda vez que se encontró un número importante de víctimas de feminicidio y carpetas de investigación y violencia familiar desde que se tiene registro, por lo llamado a mejorar la estrategia, a fin de identificar los casos.
La tendencia nacional de la extorsión reportada permaneció al alza, creció 11.3% respecto a 2020. La tasa alcanzó su segundo pico más alto en 2021 desde que se tiene registro.
En su presentación del «Análisis de la Incidencia Delictiva en 2021», Francisco Rivas, lamentó que el gobierno federal haga oídos sordos de las críticas en detrimento de la seguridad de la ciudadanía pese a los múltiples llamados a corregir el rumbo y presuma descenso de todos los delitos con gráficas que muestran comparativas absurdas desde todo punto de vista metodológico, cuando en realidad los datos oficiales cuentan con otra historia.
Describió que las víctimas de feminicidio aumentaron 2.7%; las de homicidio culposo 6,5%; las de extorsión 12,3%; las carpetas de investigación por robos transeunte 10,2%; las de robo en transporte público 15%; las de violacion 28,1%; las de trato de personas 12,3%; las de narcomenudeo 7,2%; las de violencia familiar un 15,3%, y las lesiones dolorosas un 7,8%.
Resaltó que «en el caso en que estos datos no fueron suficientes para exhibir la manera en la que el gobierno federal emite declaraciones falsas y relativiza el problema de la violencia de nuestro país, puede ser útil comparar las tasas de ocurrencias de estos delitos contra los datos oficiales de 1997 a la fecha para ver el conjunto de registros negativos acumulados el año pasado.
Estos lamentables datos son el efecto de una serie de errores que la actual administración federal mantuvo de sus antecesores y, otros tantos, de gran gravedad se derivan de la actual estrategia de seguridad.
Externo que la narrativa de la «transformación» no pasó el examen de la coherencia de políticas públicas.
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