El desprestigio provocado desde el poder al Instituto Nacional Electoral (INE), tiene diversas motivaciones
Una de ellas y que es fundamental: la ley establece la cancelación del registro a precandidatos que hayan realizado actos anticipados de campaña.
Con más de dos años de anticipación el Presidente Andrés Manuel López Obrador adelantó los tiempos electorales rumbo al 2024.
Los actos anticipados de campaña se han vuelto tan comunes y rutinarios, que los aspirantes los ven como algo normal, sin que les importe violar la ley.
El único organismo que les ha hecho exhortos y llamados es el INE, pero los sucesores de López Obrador se desatan en cuestionamientos en su contra.
De hecho, durante los tiempos de la Revocación de Mandato estaba prohibida la intervención de los servidores públicos pero ignoraron la ley.
Las prohibiciones y lineamientos están claramente estipulados en la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales.
«Las precampañas darán inicio en la tercera semana de noviembre del año previo al de la elección», señala la ley.
Sin embargo, para el Presidente, la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, el canciller Marcelo Ebrard, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López y el senador Ricardo Monreal, las limitaciones legales no existen.
Y con esos anticipados «destapes», lo que prevalece es la ley de la selva. Por eso buscan a toda costa desaparecer el INE, el único organismo autónomo capaz de sacar los dientes.
En la trampa de hacer parecer normal el proceso electoral adelantado, han caído actores políticos y analistas, que propagan a los cuatro vientos que no existe la oposición. A ciegas le siguen el juego a la 4T.
Hay ejemplos de sobra en los tiempos anticipados de campaña. Pero lo más claros fueron los mítines a los que asistieron en la pasada campaña electoral, donde hacían suyos los eventos con gritos de «presidente, presidente».
El artículo 227 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, fundamenta lo anterior:
«Se entiende por precampaña electoral el conjunto de actos que realizan los partidos políticos, sus militantes y sus precandidatos a candidaturas a cargos de elección popular».
Incluye, «reuniones públicas, asambleas, marchas y en general aquellos en que los precandidatos a una candidatura se dirigen a sus afiliados, simpatizantes o al electorado en general con el objetivo de obtener su respaldo para ser postulado como candidato a un cargo de elección popular».
La ley no tiene interpretación alguna: «la violación a la norma se sancionará con la negativa de registro como precanditato o, en su caso, con la cancelación de dicho registro».
¿Acaso desconocen todo lo anterior, López Obrador, Sheinbaum, Ebrard, Adán Augusto y Monreal?
La violación a las leyes ya es parte de su cultura. No tienen otra ruta.
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