Martín Aguilar
En estos días operadores con oscuro pasado irrumpieron en el gabinete de la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum.
¿Cuál será la tarea que realizarán? ¿En realidad llegan a reforzar al gobierno capitalino? ¿O trabajarán para apuntalar la campaña de Sheinbuam?
Cuestionada sobre los cambios en su gabinete, la aspirante presidencial, respondió que son para fortalecer su gobierno.
Pero por fuera los movimientos dieron otra lectura, sobre todo entre allegados y simpatizantes de la 4T.
Les sorprendió que fichara a uno de los más consumados mapaches electorales del PRI, es decir, un operador priista de la vieja escuela.
Se trata de Amador Rodríguez Lozano, secretario de Acción Electoral, en la dirigencia de Fernando Ortiz Arana.
Corría la campaña de Luis Donaldo Colosio y su posterior magnicidio, cuando Rodríguez Lozano estaba al frente de la operación electoral de su partido.
Recientemente, fungió como secretario de Gobierno, en la administración del morenista Jaime Bonilla en Baja California.
Dese Mexicali, brincó al gabinete de Sheinbaum para lo cual le creó la Coordinación General de Relaciones Interinstitucionales.
Y para la poderosa Secretaría de Inclusión y Bienestar Social (Sibiso), la jefa de gobierno, designó a Rigoberto Salgado Vázquez.
En su momento el funcionario fue acusado de presuntos vínculos con el Cártel de Tláhuac y su abatido líder Felipe de Jesús Pérez Luna “El Ojos”.
De hecho, la última Asamblea Legislativa le inició proceso de desafuero, el cual fue interrumpido por extrañas razones.
Por esas fechas, en círculos políticos corrió la versión del deseo de Salgado de ser nombrado secretario de Seguridad Ciudadana al triunfo de Sheinbaum.
Pero como su desafuero quedó en el limbo, fue postulado como diputado al Congreso de la Ciudad de México.
En 2021, se encargó de operar el triunfo de Berenice Hernández como alcaldesa de su territorio Tláhuac.
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