Marcelo Ebrard no puede llamarse engañado, que le hicieron trampa, le echaron a la policía o le jugaron chueco.
Desde el principio toda la estrategia fue un traje a la medida para Claudia Sheinbaum.
Nadie de los participantes, excepto la ex jefa de gobierno, le ha sido y le será fiel al Presidente Andrés Manuel López Obrador.
El político de Tabasco siembre dio señales y dejó pistas de la construcción del escenario ideal para encumbrar a Claudia.
En país entero fue pintado con el nombre de su favorita #EsClaudia, con recursos de los cuales nadie sabe su origen.
Anuncios espectaculares uno tras otro, camiones con López Obrador levantándole la mano y kilómetros de barda con su nombre como ningún otro de los aspirantes, fue el tono.
Lo mismo la cargada de gobernadores, diputados, senadores, alcaldes y dirigentes locales y nacionales de Morena, siempre externaron su apoyo a la consentida del Presidente.
El experimentado político con larga trayectoria iniciada en el PRI, creyó que el tabasqueño le cumpliría en esta ocasión, pero nada más falso.
Marcelo ha vivido procesos políticos donde se ha quedado en la raya. Primero lo hizo de la mano de su mentor político Manuel Camacho Solís.
Carlos Salinas escogió a Luis Donaldo Colosio en lugar de Camacho. Vivieron un tiempo en el ostracismo, hasta que López Obrador ganó la jefatura de gobierno.
En 2012, Ebrard tenía todo para alzarse como candidato a la Presidencia, pero con chantajes y amagues se impuso López Obrador.
La promesa de esas fechas fue que Marcelo sería el siguiente candidato. No le cumplió y hoy sabemos quien triunfó en 2018.
Para esta etapa López Obrador disfrazó el “dedazo” de pasarela democrática para legitimar a Sheinbaum.
A petición de Ebrard, obligó a los demás a separarse de sus respectivos cargos. Y les permitió una ilegal y costosa campaña.
López Obrador imitó al dirigente del PRI, Jorge de la Vega Domínguez, en la época de Miguel de la Madrid.
Para legitimar el dedazo de De la Madrid –padre de Enrique de la Madrid- que favoreció a Carlos Salinas, metió a Sergio García Ramírez, Alfredo del Mazo, Manuel Bartlett, Miguel González Avelar y al regente Ramón Aguirre.
La farsa provocó la peor división del tricolor en 1987, con la renuncia de Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez.
¿Renunciará Marcelo a Morena? Por lo pronto descalificó el proceso llamando cobarde a Mario Delgado, su muchacho consentido en el gobierno capitalino, y que con el paso de los años lo traicionó.
Este miércoles llamó a su estructura a una asamblea el próximo lunes, entre ellos 63 diputados federales y nueve senadores.
Los 22 gobernadores respaldaron abiertamente el proceso, lo que se interpretó como la cargada a favor de Sheinbaum.
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