Alejandra del Moral, candidata aliancista al gobierno del Estado de México, tiene un arma secreta para triunfar.
Se llama Higinio Martínez, senador por Morena, con una carrera política de 47 años en la entidad que siempre soñó gobernar.
Es el jefe del Grupo de Acción Política (GAP), al que pertenecen la candidata de Morena, Delfina Gómez y su coordinador de campaña, Horacio Duarte.
Higinio es el principal activo de ese partido en la entidad. Mantuvo la estructura mientras Delfina y Duarte, estaban en el gabinete de López Obrador.
A Martínez Miranda lo unía una amistad con el político de Tabasco de aproximadamente 27 años.
Por eso, se mostraba seguro de ser el ungido para la candidatura de Morena a la entidad. Pero esta vez le falló su pronóstico.
El presidente optó por Delfina. Higinio lo sintió como traición. Rencoroso como es, López Obrador le cobró la factura por oponerse al cierre del Aeropuerto de Texcoco.
También reclamó que el mandatario sólo enfocó su gobierno al sureste del país, y abandonó el Estado de México. “Todos hijos, todos entenados”, protestó Higinio.
Hoy GAP vive sus últimas. Sus dirigentes, los tres ex alcaldes de Texcoco, Martínez, Duarte y Delfina, están divididos. No se tienen confianza.
La información a que tuve acceso es la siguiente: la cercanía de Higinio con el PRI y el PVEM está minando la campaña de Gómez en beneficio de Alejandra del Moral.
En la entidad saben que Delfina es nada sin el apoyo de Higinio, su jefe político inmediato.
Más grave se torna el papel de Duarte como coordinador de campaña pues le juega sucio a la candidata. Sus cercanos comentan que, ante un eventual triunfo de Delfina, ésta será enfermada para que Horacio asuma en su lugar.
Las puñaladas traperas y traiciones hacen agua la campaña de la consentida del presidente. Su imposición empieza a arrojar consecuencias negativas.
Martínez Miranda les está pasando la factura a López Obrador y a su candidata.
Todo lo anterior juega a favor de Alejandra Del Moral, pese a las versiones de que el Grupo Atlacomulco había trazado la ruta de sacrificarla.
Así es como se explica que el cuarto de guerra de Delfina carezca de estrategia para contrarrestar los señalamientos de haberle cobrado el diezmo a los trabajadores del Ayuntamiento de Texcoco.
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