Con una sonrisa sardónica, el Presidente Andrés Manuel López Obrador evadió hablar de la masacre de los jóvenes en Lagos de Moreno.
Pretendió hacer creer que no escuchaba la cascada de preguntas. Paró la oreja y nada. Contó un chiste. Se rió y se despidió.
Los reclamos, cuestionamientos y críticas se dispararon en las redes sociales ante la indiferencia del comandante supremo de las Fuerzas Armadas del país.
Los internautas acuñaron los hashtag #LagosDeMoreno y #Sicopata por la risa burlona derivada de su chiste fuera de toda proporción por el grave tema a tratar.
Pasaron varias horas hasta que reaccionó el vocero Jesús Ramírez, quien en la conferencia matutina masculló una mueca de satisfacción por la pregunta zalamera de Lord Molécula llamándole al Presidente “gigante”.
“Es mentira que el pdte. @lopezobrador_ se negó a contestar una pregunta sobre los jóvenes desaparecidos en Lagos de Moreno, Jal.
“La sensibilidad y la solidaridad siempre han identificado al mandatario. No somos iguales. Esa versión forma parte de una estrategia de desinformación”, escribió en su cuenta de X, Ramírez.
Pero en realidad, quien miente es el vocero, pues lo que publicó es totalmente falso. En ningún momento el mandatario respondió las preguntas sobre los dramáticos hechos de los jóvenes asesinados.
López Obrador tampoco mostró la “sensibilidad” que dice Ramírez, sino que fue todo lo opuesto reflejado en el mundo digital.
El político de Tabasco no externó “solidaridad” a nadie. Le dio la vuelta a las preguntas contando el pésimo chiste.
“No somos iguales”, aseguró el funcionario. ¿Iguales a quiénes? No especificó. Pero su estrategia siempre ha sido culpar al pasado y a los gobiernos anteriores.
Más aún, el servidor público obligado a informar objetivamente hizo todo lo opuesto. Acusó “desinformación”, lo cual solo a él y al Presidente se le puede y debe atribuir.
Ambos incurrieron en una falta al artículo 6 de la Constitución, el cual establece el derecho de los ciudadanos a la información.
En lugar de responder como estadista, el mandatario lo hizo como un patiño, bromeando como es su estilo cuando algo le incomoda y evita responder.
La envidiable plataforma informativa de la conferencia matutina, se convirtió en todo lo opuesto: desinformar. De eso parece no estar consciente el vocero presidencial.
#LutoNacional, #Jalisco #Alfaro, también fueron tendencia digital, donde se volcó la indignación y el enojo por la indiferencia gubernamental.
Dicha atrocidad se suma a otras tantas masacres que supuestamente ya no las habría en este gobierno, por la presumida estrategia de “abrazos no balazos”.
Ese es un breve análisis del discurso tanto de López Obrador, como de su vocero, con lo cual se concluye que también es fallida la estrategia de comunicación en Palacio Nacional.
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