Rebeca Marín
La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) elevó ayer por quinta vez consecutiva su tasa de interés interbancaria para llevarla a un 5.50%, en una decisión dividida y por encima de las expectativas del mercado y en medio de una alta inflación.
Para esta decisión votaron a favor Alejandro Díaz de León Carrillo, Galia Borja Gómez, Irene Espinosa Cantellano y Jonathan Heath. Votó a favor de incrementar en 25 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día a un nivel de 5.25% Gerardo Esquivel Hernández.
En su comunicado afirma que la información disponible muestra un incremento moderado en el crecimiento de la economía mundial en el cuarto trimestre, con heterogeneidad entre países por la evolución de la pandemia y las acciones de sus autoridades sanitarias, monetarias y fiscales. La inflación global siguió aumentando, presionada por los cuellos de botella en la producción, la recomposición del gasto hacia mercancías, los elevados precios de alimentos y energéticos, y la recuperación de algunos servicios.
En Estados Unidos, la Reserva Federal aceleró el retiro del estímulo monetario, duplicando el ritmo de reducción de las compras de activos y dando a conocer previsiones para la tasa de fondos federales en 2022 y 2023 con aumentos mayores a lo anticipado. En un amplio número de economías emergentes aumentó la intensidad de los incrementos en las tasas de referencia.
Entre los riesgos globales destacan los asociados a la pandemia, las presiones inflacionarias y los ajustes a las condiciones monetarias y financieras.
En los mercados financieros nacionales, el tipo de cambio se depreció y las tasas de interés de mediano y largo plazo presentaron ajustes al alza, influidas por condiciones externas. La información a octubre muestra reactivación de la actividad económica, luego de la contracción del tercer trimestre. Se mantiene un entorno incierto y se prevén condiciones de holgura, con marcadas diferencias entre sectores.
Las presiones inflacionarias globales e internas continúan afectando a la inflación anual general y subyacente, que en noviembre registraron 7.37% y 5.67%, respectivamente. Las expectativas de inflación general y subyacente para 2021, 2022 y para los próximos 12 meses volvieron a incrementarse, así como las de mediano plazo, mientras que las de largo plazo se han mantenido estables en niveles superiores a la meta.
Los pronósticos de inflación general y subyacente se revisaron nuevamente al alza, especialmente los de 2022 (ver cuadro). Se prevé que sus mediciones anuales disminuyan en mayor medida a partir de un año y que converjan a la meta de 3% hacia finales del horizonte de pronóstico.
Estas previsiones están sujetas a riesgos. Al alza: I) presiones inflacionarias externas; II) presiones de costos; III) persistencia en la inflación subyacente en niveles elevados; IV) depreciación cambiaria; y V) aumentos de precios agropecuarios y energéticos.
A la baja: I) ampliación de la brecha negativa del producto; II) medidas de distanciamiento social; y III) apreciación cambiaria.
El balance de riesgos respecto a la trayectoria prevista para la inflación en el horizonte de pronóstico se ha vuelto a deteriorar y se mantiene al alza.
La Junta de Gobierno evaluó la magnitud y diversidad de los choques que han afectado a la inflación y a los factores que la determinan, el riesgo de que se contamine la formación de precios y los retos por el apretamiento de las condiciones monetarias y financieras globales. Con base en ello decidió, en esta ocasión, incrementar en 50 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día a un
1 nivel de 5.5%. Con esta acción, la postura de política monetaria se ajusta a la trayectoria que se requiere para que la inflación converja a su meta de 3% dentro del horizonte de pronóstico.
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