Rebeca Marín
Con 375 votos a favor, 69 en contra y 10 abstenciones, se aprobó la tarde del martes 17 de octubre, el dictamen que otorga permisos especiales para laborar a los miembros de la Cámara de Diputados por medio de home office para así, cumplir con su deber en sesiones y reuniones semipresenciales.
A pesar de que decenas de diputados como la panista Sonia Rocha intentaron justificar esta nueva norma que les permite legislar desde la comodidad de su casa, hubo muchos otros, como toda la bancada de Movimiento Ciudadano que consideran dicha decisión, una burla para el resto de trabajadores de nuestro país.
Incluso Gerardo Fernández Noroña, miembro del Partido del Trabajo, mencionó que por responsabilidad política se tendría que establecer dicha medida como una excepción y que no sea decisión de cada uno de los miembros de la Cámara de Diputados.
Mario Alberto Carrillo, diputado de la bancada de MC, fue uno de los más efusivos al expresar su total desacuerdo con la decisión y afirmó que la sesiones virtuales surgieron luego del caso excepcional que fue la pandemia por Covid-19 y además, no es la forma correcta de realizar trabajo legislativo.
Carrillo concluyó su opinión declarando que a diferencia de miles de trabajos en nuestro país, los diputados sólo laboran durante siete meses, mismo tiempo que duran las sesiones ordinarias y que sólo se les exige ir dos días a la semana al pleno.
Cientos de usuarios en redes sociales se lanzaron contra los diputados, afirmando que muchos de ellos abusan del poder que tienen y lo último que hacen, es ejercer una buena labor en su puesto, pues anteponen los intereses personales antes que los de la población.
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