Rebeca Marín
El periódico estadounidense, The New York Times publicó este martes un nutrido reportaje sobre el avance de las investigaciones, en torno al caso Pegasus donde involucra al gobierno mexicano en una serie de actividades de espionaje a periodistas y defensores de los derechos humanos.
El material presentado lleva el titular, ‘Estados Unidos y las víctimas de Pegasus desestima la investigación de espionaje’ y abunda sobre las negativas de autoridades mexicanas para darle resolución al caso; uno de los resultados relevantes que presenta el reportaje es que funcionarios estadounidenses rechazaron en participar en las indagatorias por dudar del rigor del gobierno mexicano en resolver el caso.
Sin precisar los nombres y cargos según el diario estadounidense oficiales estadounidenses de alto rango dijeron que, después de analizar la solicitud de funcionarios mexicanos, decidieron no involucrarse al estar dudosos de que el gobierno de Peña Nieto realmente quiera resolver el caso, ya que indagarlo a fondo podría comprometer a algunos de sus funcionarios más importantes.
Luego de que el gobierno mexicano reconociera la adquisición del programa espía y ordenara una investigación, el reportaje asegura mediante testimonios de los abogados de las víctimas que la investigación del gobierno mexicano no ha logrado avanzar en muchas áreas básicas y los fiscales que manejan el caso aún no han interrogado a ninguno de los funcionarios responsables de operar la tecnología de vigilancia.
Las declaraciones que llaman la atención en el reportaje del Times son de Mario Ignacio Álvarez ex subprocurador de la Procuraduría General de la República (PGR) donde afirma que México «Es un país donde todavía es mejor rezarle a la Virgen de Guadalupe para que haya justicia que hacerlo a las autoridades” tras afirmar que los actores políticos que usaron el software están frenando la investigación para que no progrese.
Por otro lado, el trabajo periodístico recoge las declaraciones de grupos de activistas y víctimas afectadas por el software, quienes están en la pugna por saber cómo van las pesquisas mismas que al final se encuentran con un «laberinto burocrático» pues afirmaron que los procuradores a cargo de resolver el caso son empleados de la PGR y consideran que es poco probable que la misma entidad se investigue a sí misma.
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