Para nadie es un secreto que la Ciudad de México enfrenta un crecimiento desordenado, vialidades congestionadas y diversos retos para proporcionar a sus habitantes condiciones idóneas de movilidad con servicios de transporte seguros, rápidos y confiables.
Diariamente —por razones de trabajo, estudio o recreación—, en la Zona Metropolitana del Valle de México, se mueven cerca de 21 millones de personas y se calcula que para el 2035 esta cifra rebasa los 45 millones. El sistema de transporte público, que en la mayoría de los casos es inseguro, ha quedado rebasado. Resulta insuficiente para atender la demanda de movilidad.
Especialistas en planificación urbana han señalado que las herramientas para lograr una mejor convivencia urbana en la capital del país son la tecnología, la innovación, el impulso a medios alternativos de transporte y apoyos gubernamentales.
En los últimos años, mediante aplicaciones para teléfonos celulares o sistemas computacionales, las empresas de transporte han venido a ocupar un espacio muy importante para atender las necesidades de movilidad. Muchas personas eligen estas aplicaciones como su mejor opción, porque les parecen más seguras y consideran que les proporcionan un mejor servicio o son más cómodas y rápidas.
Sin embargo —y esto pudimos comprobarlo durante las fiestas de fin de año—, los costos de las plataformas de transporte registraron costos estratosféricos en el servicio, debido según estas empresas, a la ley de la oferta y demanda.
Lo anterior llevó a la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum a reunirse con el secretario de Movilidad, Andrés Lajous, para regular estas aplicaciones y poner un alto a los costos abusivos que enfrentan los usuarios. Por sólo ejemplificar, hubo ocasiones en que por transportarlos en tramos de 3 o 4 kilómetros, llegaron a cobrarles hasta 600 pesos.
Resulta claro que en la CDMX no se puede impedir el ejercicio de la libre competencia en el transporte, ni prohibir o cancelar las plataformas que utilizan las llamadas Apps. Sin embargo, para impedir que se continúe afectando el bolsillo de los usuarios con tarifas desproporcionadas, es urgente no sólo llamar al orden a dichas empresas, sino, sobre todo reordenar el servicio de los taxis de la capital, ya que la App oficial «Mi Taxi» no ha dado los resultados esperados.
A pesar de que se ha promocionado oficialmente como una alternativa «segura» para los usuarios mediante el registro obligado del usuario y el chofer que dará el servicio —así como el «botón de emergencia» que está conectado con el Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano de la CDMX (C5)—. «Mi Taxi», no es todavía una alternativa práctica, ni popular entre los usuarios, quienes estigmatizan la impuntualidad y el mal estado de las unidades.
Además, a la par de regular el servicio de transporte privado, las autoridades capitalinas deben impulsar un verdadero programa de rescate al transporte público para mejorar las condiciones de cobertura, calidad y emisiones. Se debe invertir para que el transporte y la movilidad sean alternativas atractivas frente a los vehículos privados y repensar y estructurar mecanismos de financiamiento que permitan acelerar la transformación del transporte público.
En su tercer informe de gobierno, Claudia Sheinbaum se refirió a las acciones para la renovación del parque vehicular. Explicó que en el 2020 se entregaron 116 apoyos económicos para la sustitución de taxis, modelo 2010 y anteriores, y 200 apoyos más para el cierre del 2021.
Analistas en planificación urbana refieren que el Metro, Metrobús, RTP y Transportes eléctricos combinados realizan 5 millones y medio de viajes al día en el Valle de México; los microbuses, el transporte colectivo que no reciben subsidio y que necesitan una reinvención tecnológica, mueven hasta 12 millones de viajes.
A pesar del Plan Estratégico de Movilidad, el cual se basa en tres ejes: integrar, mejorar y proteger, el servicio del Metro, Metrobús y el transporte eléctrico sigue reportando retrasos en sus corridas, situación que han aprovechado las Apps de transporte privado que han logrado una sólida penetración a nivel nacional. México se ha colocado como el segundo país que más lo utiliza, por la elevada percepción de inseguridad en el transporte público.
De acuerdo con la consultora «Competitive Intelligence Unit», el mercado de la movilidad en México sigue liderado por «Uber», seguido por «Cabify» y «Didi» en tercer sitio. De acuerdo con el Estudio Sobre Percepción de Seguridad en Movilidad, 91 por ciento de las personas encuestadas se siente más segura al usar transporte mediante Apps.
El análisis sobre la percepción de seguridad en movilidad, de GEA-ISA, señala que 78 por ciento de los usuarios de taxis prefiere solicitar el servicio mediante Apps, mientras que el 6 por ciento opta por abordar uno en la calle.
El gobierno de la Ciudad de México está obligado a establecer una regulación justa y moderna, así como a mantener un principio de legalidad entre las plataformas que utilizan aplicaciones y los taxistas tradicionales, que realmente beneficie a los usuarios.
El objetivo principal es brindarles un servicio de calidad con altos índices de seguridad. Pero este objetivo sólo se logrará fomentando la innovación, transparencia, simplificación de trámites y fundamentalmente, mucho combate a la corrupción.
Discussion about this post