Tan mareado anda en el tabique Martí Batres, que busca despacharse con la cuchara grande con candidaturas locales, sobre todo en algunas alcaldías en las que mueve desesperadamente sus hilos.
No es novedad que quiera empujar en la Gustavo A. Madero a Arnulfo Cravioto, uno de sus pajes, pues le encantaría hacerse de la segunda alcaldía más grande de la capital, para tener su propio territorio.
Él insiste, pero se sigue topando con la oposición de Francisco Chíguil, quien no está dispuesto a soltar el feudo donde ha gobernado los últimos seis años, más año y medio entre 2006 y 2008, hasta que fue echado por la tragedia del News Divine.
Batres intenta también colocar a Gerardo Villanueva, su colaborador de toda la vida, como candidato en Coyoacán, pero ahí la batalla ya se la ganó la titular federal de Bienestar, Ariadna Montiel, quien impulsa a la expriista Hannah de Lamadrid.
Como ve en chino estas alcaldías, ahora quiere catafixiar su bono por Tlalpan, donde va con la diputada local Xóchitl Bravo, exesposa de Carlitos (Hernández) Mirón. La pareja sueña con la alcaldía, pero no les alcanza.
De hecho, Claudia Sheinbaum los ha tenido castigados, pero como la exjefa de Gobierno no las trae todas consigo, Batres busca imponer a Xóchitl sobre Gabriela Osorio, cercana a la doctora, y que en 2021 perdió ante la actual alcaldesa, Alfa González.
Para todo mundo es claro que Martí busca atascarse, jugándole las contras, tanto a Claudia como a Clara Brugada, así como a la tardanza en enviar la tercia de candidatos para sustituir a Santiago Taboada en Benito Juárez, tras dejar el cargo.
Es obvio que el retraso en BJ es para pegarle al PAN en su bastión, en especial a Taboada, pero también trae jiribilla interna, pues sabe bien que si provoca a los panistas, reaccionarán retrasando la sustitución de Brugada en Iztapalapa.
¿Y qué gana Martí con eso?, pues raspar a los panistas en el territorio que ni él se ha podido meter, y administrar la bronca en Iztapalapa para ver si en una de ésas mete a uno de los suyos como sustituto en el territorio más grande de la capital.
Lo envalentona el haber ayudado a bajar a Omar Hamid García Harfuch de la candidatura de la capital e imponer a su excuñado Ulises Lara al frente de la Fiscalía General de Justicia de la CDMX, que sin ningún rubor Morena asaltó para ir detrás de sus opositores.
Apenas el martes dio muestras de que no se le ha quitado lo porro, al ordenar al fiscal cuñado difundir información sobre el presunto Cártel Inmobiliario de la Benito Juárez y, aunque no faltó el panista que se tensara, la mayoría ignoró el ataque, que por cierto era esperado.
La 4T debería tomar nota de lo que intenta Martí, pues dicen que cuando la perra es brava, hasta a los de casa muerde, y como que le están dando demasiadas croquetas.
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