Tras haberse cumplido un año de que el alcalde de Venustiano Carranza, Julio César Moreno, alías el Nenuco se pasó a Morena, tras haber traicionado al PRD y a sus dizque ideales que dijo tener una vez cuando era uno de los hombres más importante del Sol Azteca, dicen que a veces la vida da la oportunidad de elegir entre ser cola de león o cabeza de ratón; una de las dos… pero que por ninguna razón se debe elegir ser ¡la cola del ratón!
Bueno, pues algo así le pasó al El Nenuco, que de ser uno de los personajes que incidían en la vida política del PRD capitalino pasó a ser algo menos que un segundón en Morena, tras chapulinear a ese partido.
¿Qué ganó el exalcalde de Venustiano Carranza al traicionar al partido que le dio todo y entregarse a los brazos de la jefa de Gobierno para poner sus votos a disposición de la 4T?
Nada extra a lo que pudo haber obtenido sin salir del sol azteca, con la ventaja de que se hubiera mantenido como uno de los líderes políticos importantes de la izquierda en la capital de la República.
Porque si bien es cierto que lo dejaron imponer a Evelyn Parra como su relevo en la alcaldía, y a él le concedieron una diputación federal, eso mismo y más pudo haber obtenido de seguir en las filas perredistas.
Pero El Nenuco le apostó a que el PRD desaparecería, y esa misma idea le vendió a Claudia Sheinbaum. Le aseguró que si él dejaba el partido, la mayoría de los liderazgos importantes lo seguirían y desfondarían a sus ahora excompañeros.
Por supuesto que la jefa de Gobierno le compró la idea, porque también ella es de las que quieren ver aniquilado al que fue el partido de izquierda más importante no sólo de la Ciudad de México, sino del país.
Ninguno de los dos se imaginó que la alianza PAN, PRI y PRD se fuera a concretar, y mucho menos que saldría vencedora en las elecciones del seis de junio. La derrota de Morena dejó mal parada a Claudia con el Presidente y a Julio César con Claudia.
Si bien es cierto que El Nenuco conservó su territorio y obtuvo su curul, no mostró nada de la fuerza que decía tener en el resto de la ciudad. Después de esto, no se ve qué más podría lograr en el futuro con Morena, donde es uno más de los apestados.
Ni soñar con que le dieran algo parecido a lo que Los Chuchos —en especial su exjefe, Jesús Zambrano— le concedieron durante la primera mitad del sexenio de Enrique Peña Nieto, cuando lo hicieron presidente de la Cámara de Diputados y se codeó con los de arriba.
Hoy que los morenos entendieron que ni son tan queridos como creían, y mucho menos invencibles, de seguro Julio César anda preocupado por el futuro de su equipo, pues si se mantiene la alianza opositora, con buen candidato, es probable que le ganen a la 4T en la CDMX.
Para muchos resulta al menos extraño que un cuate inteligente y calculador como él no viera venir el golpe. Por andar de inmediatista puso en peligro el futuro de su equipo político.
Ni hablar, no quiso ser cabeza de ratón… y acabó como cola de ese mismo roedor.
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