Aunque no es raro que los diputados de Morena sean poco productivos, pero llegar al extremo de piratearse iniciativas ajenas para presentarlas como propias sí calienta, dijera el clásico.
Hace días, la coordinadora de los morenos en Donceles, Martha Soledad Ávila Ventura, subió a la tribuna para presentar una iniciativa a nombre de su partido y “del mío propio”, sobre la Ley del Espacio Público y Soterramiento de la Ciudad de México.
Todo eran aplausos para Martha Soledad hasta que la panista Gabriela Salido le puso un quitarrisas, al recordarle que, al término de la Legislatura pasada —donde ambas también estuvieron—, ella presentó una iniciativa igualita a la presentada ayer. La propuesta no se dictaminó en esa ocasión por falta de quorum y, en la última sesión de este año en Donceles, como por arte de magia, aparece el mismo documento, pero ahora bajo el sello de la 4T.
Gaby Salido recordó al pleno que incluso hace un par de semanas presentó la iniciativa sobre Uso y Aprovechamiento del Subsuelo y el Espacio Aéreo de la CDMX, identica también a la presentada ayer por Martha Soledad. Ante el copy-paste que se presentó la coordinadora de Morena en Donceles, el también panista Federico Döring de plano acusó de plagio a Ávila Ventura y presentó los documentos para probar sus dichos.
Entre las curules se oyeron comentarios en el sentido de que, si iba a fusilar una iniciativa ajena para presentarla como propia, Martha Soledad debió, al menos, quitarle la mancha de los tacos de sudadero, para que pareciera diferente.
El tema podrá sonar simplón, pues muchos se preguntarán qué de extraño tiene que un diputado plagie a otro sus textos, pero el tema tiene más de fondo, pues, si los legisladores no tienen ningún reparo en robar proyectos que se convertirán en ley, ¿qué más se podrán robar?
La tarea básica de un legislador es hacer leyes y, para proponerlas, hay que tener un mínimo de preparación o pagar a buenos asesores para hacer bien su trabajo. Si la coordinadora de la fracción mayoritaria se ve en la necesidad de plagiar ideas, es que su equipo no se las genera.
Entonces no se justifica que el Congreso pelee, hasta con las uñas —bastante largas, por cierto—, mil 600 millones de pesos de presupuesto para el año entrante y pagar con ello a decenas de asesores y aviadores, mientras hay alcaldías que no tienen eso para operar.
A los diputados sólo les preocupa el dinero y los negocios, y prueba de ello es que, aunque había un acuerdo para no modificar el orden del día, ayer aprobaron presentar un punto de acuerdo para exhortar al gobierno capitalino a apoyar al Instituto Electoral de la CDMX.
Y no precisamente para que ese organismo haga mejor su trabajo, sino para que tenga dinero suficiente y les pague a los partidos capitalinos sus prerrogativas del año, las cuales llevan más de un mes suspendidas.
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