Adicto al populismo, al aplauso fácil, al apapacho y al activismo en la calle, donde forjó su movimiento, el presidente Andrés Manuel López Obrador rehuyó marchar con la clase trabajadora.
Prefirió el presídium del majestuoso Salón Tesorería, remodelado en el gobierno neoliberal de Ernesto Zedillo, bajo la supervisión de la primera dama Nilda Patricia Velasco.
La fotografía de este 1 de mayo es paradigmática de aquellos momentos de esplendor del todopoderoso partido tricolor.
El presidente se reunió y codeó con esos mismos dirigentes. Los del viejo régimen. Señalados, incluso de corrupción como Napoleón Gómez Urrutia.
Fue condescendiente con los viejos dirigentes obreros. “Sólo me resta agradecerles porque he contado con la comprensión y apoyo de ustedes”.
“Independiente de las banderías partidistas -como aquí se ha mencionado- siempre he tenido el apoyo de ustedes, el tiempo que llevo gobernando el país.
“Pueden estar seguros de que, bajo los mismos criterios de legalidad, democracia, libertad sindical y justicia para los trabajadores, nos seguiremos conduciendo en el resto del tiempo que nos queda de mandato.
“Estoy seguro de que continuaré contando con ustedes y con el apoyo de la clase obrera de México, con su cooperación y con su solidaridad.
“De mi parte, ustedes siempre encontrarán extendida mi mano abierta y franca en señal de amistad y compañerismo”, les dijo en la parte más importante de su mensaje.
Difícilmente se pudiera haber pensado que López Obrador hablara bien de alguien durante su mandato. Su característica es la censura, el ataque y la descalificación.
Pero no es poca cosa el servicio que los vetustos dirigentes le han prestado a su gobierno. “Prácticamente no hay protestas sindicales”, presumió.
De la huelga de Notimex, ni una palabra. La protesta de los huelguistas que se opone al cierre de la empresa, se celebró en la Marcha Independiente.
Por los trabajadores de Notimex, Héctor Colón alzó la voz. Reclamó que el anuncio de liquidación de la Agencia sea la forma del gobierno para resolver el conflicto provocado por Sanjuana Martínez responsable del manejo ilegal de 600 millones de pesos.
La fotografía del momento en Palacio Nacional pareció retroceder el tiempo a los gobiernos de Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón, Vicente Fox, Ernesto Zedillo y Carlos Salinas.
Ahí estaban aplaudiendo al presidente los líderes de aquellas épocas: Carlos Aceves del Olmo, Isaías González Cuevas, Rodolfo González Guzmán, Francisco Hernández Juárez y Napoleón Gómez Urrutia.
Ese es el cambio para seguir igual en las relaciones obrero patronales: “siempre encontrarán extendida mi mano abierta y franca”. Aplausos al jefe máximo.
La transformación respaldada en el pasado. Esa fue la fotografía.
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