Rebeca Marín
México se encamina a registrar un segundo año de salidas de capital extranjero récord atizadas por una mayor aversión al riesgo, que ya provocó una fuga de fondos que representa el 80% de la histórica cifra del 2020 causada por la pandemia.
En los primeros siete meses del 2021, el mercado de deuda soberana vio salir unos 202,000 millones de pesos (10,150 millones de dólares), monto que se está acercando a los 257,000 millones de pesos del 2020, según cifras del Banco de México (Banxico).
Sólo en julio, el éxodo de recursos se aceleró y alcanzó 67,500 millones de pesos, y aunque el panorama luce incierto, algunos expertos creen que este año no será tan adverso como 2020 mientras el país mantenga una nota crediticia de grado de inversión.
Pero la persistente alta inflación local, la tercera ola de Covid-19 y la incertidumbre sobre las decisiones del Gobierno han mermado el interés por la deuda mexicana, dijeron analistas, mientras se registra una fuga de capitales hacia bonos chinos tras su inclusión a índices de referencia.
“(La inflación) reduce la tasa real de los bonos del Gobierno y los hace menos atractivos”, dijo a Reuters Jonathan Fortun, economista del Instituto Internacional de Finanzas, quien como otros analistas anticipó a inicios de año que el país vería entradas de capital por una acelerada reactivación y rendimientos atractivos. Pero el escenario ha cambiado.
La inflación duplicó en abril la meta oficial del 3% y ha cedido poco desde entonces, reduciendo la tasa real de los bonos mexicanos y obligando al banco central a subir su tasa clave dos veces seguidas hasta alcanzar el 4.5%.
Adicionalmente, la recuperación de la economía mexicana, que el año pasado se desplomó un 8.5% azotada por la pandemia, se ha visto amenazada por una tercera ola de contagios de Covid-19.
“(El rebrote) ha incrementado de forma significativa la aversión al riesgo en nuestro país”, afirmó Janneth Quiroz, subdirectora de análisis de Monex.
La mayor cautela del mercado sobre México ha forzado un alza en el premio que debe pagar la deuda soberana. El rendimiento del referencial bono a 10 años se ubicó el viernes en 6.97%, por arriba del 5.30% de finales de 2020.
No obstante, los rendimientos de los papeles mexicanos son menores a los que ofrece la deuda de Brasil, una economía a la que frecuentemente se compara con México, y cuyo banco central comenzó a subir su tasa clave desde marzo, mientras que el mexicano lo hizo hasta junio.
Analistas coincidieron también en que algunas polémicas decisiones del Gobierno, que han golpeado los intereses de empresas privadas principalmente del sector energético, han afectado a la percepción de riesgo sobre la economía mexicana.
“La incertidumbre que se ha generado sobre el respeto al Estado de Derecho ha sido una constante que se critica en el sector privado”, dijo a Reuters Ramsé Gutiérrez, codirector de inversiones del administrador de activos Franklin Templeton.
El experto, quien dijo que espera que la salida de capitales de este año no sea tan grande como la anterior, añadió que la deuda mexicana opera actualmente con mayores rendimientos de los que debería tener con la actual calificación soberana, lo que significa que algunos inversores han descontado nuevas rebajas.
Gutiérrez afirmó que otro factor que ha puesto presión a los flujos de capital hacia México es la inclusión de los bonos de China a índices de deuda de mercados emergentes, impulsando a la tenencia de extranjeros en bonos de ese país a niveles récord.
El proveedor de índices FTSE Russell aprobó en marzo que los bonos soberanos del gigante asiático fueran incluidos en su índice insignia de deuda al cierre de 2021.
En tanto, el peso mexicano, visto como un termómetro del riesgo local, ha sido más estable ante la entrada de divisas al país por otras vías, como remesas récord y una recuperación en las exportaciones manufactureras. En lo que va del año ha ganado un 0.14%.
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